Epilepsia en perros

En el cerebro de su perro, constantemente se transmiten mensajes de una célula nerviosa a otra. Esto ocurre a través de impulsos eléctricos ('descargas eléctricas') y sustancias químicas, los neurotransmisores. A veces esto conduce a un 'cortocircuito': una crisis epiléptica. Experimentar una crisis epiléptica en su perro es muy aterrador. Se siente impotente porque no puede detener la crisis. El impacto de la epilepsia en la vida del perro varía y depende, entre otros factores, de la causa y la respuesta a la medicación. Pharmacy4pets le explica con gusto todo sobre esta desagradable enfermedad.

Causas de epilepsia en los perros

En muchos casos, la epilepsia en los perros es hereditaria. En la epilepsia hereditaria, un perro generalmente tiene su primer ataque entre los seis meses y los seis años de edad. La epilepsia también puede ser causada por una anomalía en el cerebro, como un defecto congénito, un tumor cerebral o una inflamación. Los ataques epilépticos también pueden ser el resultado de una enfermedad subyacente, como un bajo nivel de azúcar en la sangre, enfermedad del hígado o del riñón, o envenenamiento.

Síntomas de epilepsia en los perros

Un ataque epiléptico ocurre casi siempre durante el descanso. La duración y la gravedad de los ataques pueden variar de un individuo a otro.

En general, hay dos tipos de ataques epilépticos. Los ataques epilépticos bien conocidos con pérdida de conciencia, convulsiones en todo el cuerpo, movimientos de 'pedaleo' de las patas, pérdida de orina y heces y espuma en la boca se llaman ataques generalizados. Un ataque generalizado consta de tres fases.

Durante un ataque, distinguimos tres fases:

  • La fase previa al ataque (prodromos, aura, señales): esta fase de señales previas a la epilepsia puede durar desde unos segundos hasta horas o incluso días. En esta fase, puede notar un cambio de comportamiento en su perro, él siente que se acerca el ataque.
  • El ataque en sí (convulsión, ictus): el ataque en sí suele ser breve, de segundos a minutos. Si el ataque dura más de 10 minutos, hablamos de ‘status epilepticus’ y debe llamar a su veterinario.
  • La fase posterior al ataque (fase postictal): esta fase puede durar desde unos segundos hasta varios días. Las convulsiones han terminado, pero su perro se comporta de manera extraña. Está inquieto o extremadamente somnoliento, se acuesta en lugares extraños, tiene mucha hambre y sed y puede que no lo reconozca. La conciencia en esta fase sigue disminuida, es como una especie de ‘sonambulismo’.

En el caso de la epilepsia parcial o focal, un perro todavía es consciente de su entorno y, por ejemplo, su oreja o pata tiembla incontrolablemente. También el ‘cazar moscas’, donde un perro intenta atrapar una mosca imaginaria, puede ser una forma de epilepsia parcial.

¿Qué hacer durante un ataque epiléptico de su perro?

Un ataque epiléptico no se puede detener. Es importante darse cuenta de que su perro está inconsciente durante un ataque generalizado. No recordará nada del ataque ni de la fase posterior. Lo más importante durante un ataque epiléptico es prevenir lesiones en su perro y en usted mismo.

  • Intente mantener la calma.
  • Manténgase alejado de la boca de su perro. Las mandíbulas se mueven incontrolablemente y podría morderle. Incluso en la fase posterior al ataque, su perro puede reaccionar inesperadamente y morderle.
  • No introduzca nada, incluyendo medicamentos, en la boca de su perro. Podría atragantarse.
  • No sujete a su animal. Esto no ayuda y podría herirle.
  • Mueva los muebles si es necesario, para que su perro no se lastime.
  • Anote cuánto dura el ataque y qué sucede y/o filme el ataque, para que luego pueda discutirlo con su veterinario.
  • Llame a su veterinario si el ataque dura más de diez minutos.
  • Acérquese a su animal muy tranquilamente después del ataque y evite estímulos fuertes (luz, sonido, tacto). Su perro tiene una conciencia reducida y puede reaccionar con miedo o agresividad. No puede evitarlo.

El diagnóstico de epilepsia

Lamentablemente, no existe una prueba general que indique que su perro tiene epilepsia. Para diferentes razas en las que la epilepsia aparece como una enfermedad hereditaria, están disponibles pruebas de ADN. Si su perro tiene ataques epilépticos, su veterinario evaluará su descripción de los ataques y cualquier video que tenga.

El examen físico y los análisis de sangre están destinados principalmente a descartar causas subyacentes como un nivel bajo de azúcar en sangre, enfermedades cardíacas o un shunt hepático. En muchos perros con epilepsia 'real', no se encontrarán anomalías en estos exámenes. Una resonancia magnética del cerebro puede mostrar o descartar trastornos estructurales en el cerebro como causa de los ataques epilépticos.

El tratamiento de la epilepsia en perros

La necesidad de tratamiento depende de la causa de la epilepsia y de la frecuencia, naturaleza y gravedad de las afecciones. Si los ataques son muy leves y/o parciales o ocurren muy esporádicamente, a menudo se opta por no iniciar tratamiento. Los medicamentos para la epilepsia también tienen efectos secundarios y siempre se debe sopesar su beneficio frente a los inconvenientes.

Si se encuentra una causa subyacente, se tratará si es posible, haciendo que los ataques desaparezcan en la mayoría de los casos. Cuando los ataques se suceden rápidamente y/o son más graves, a menudo se comienza con medicación. Hay diferentes medicamentos disponibles para la epilepsia. Su veterinario determinará junto con usted cuál es el mejor para su perro. A menudo, la dosis correcta de la medicación debe establecerse con análisis de sangre repetidos, ya que hay grandes diferencias individuales. Una dieta especial puede ayudar a limitar los ataques epilépticos en su perro. La dieta especial generalmente no reemplaza la medicación y siempre debe administrarse en consulta con su veterinario.

El objetivo del tratamiento contra la epilepsia es idealmente que su perro no sufra más ataques. A menudo, este objetivo no se alcanza, pero la frecuencia e intensidad de los ataques disminuyen significativamente, creando una situación muy manejable tanto para el perro como para el dueño. En algunos casos, la epilepsia no se puede controlar con medicación y finalmente se decide la eutanasia.

La epilepsia es una afección compleja. El diagnóstico no siempre es fácil de establecer y a veces se necesita buscar el mejor tratamiento. Afortunadamente, la mayoría de los perros finalmente responden bien a la medicación y los ataques pueden minimizarse, lo que permite que su perro con epilepsia lleve una vida relativamente normal.

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